Hace casi un año que nos encontramos en la cena, después de muchos años.
¡Cómo pasa el tiempo!Ellos son hombres y mujeres actuales, jóvenes adultos, guapos, amables, educados, sonrientes, con sus trabajos, preocupaciones, hijos, alguna separación...
Sus bromas, sus gritos de alegría al abrazarse cuando se saludaban, el cariño que se tienen... me emocionó y fui feliz viéndolos felices.
Recuerdo a mi hijo, sus palabras cuando me jubilé:
- No estés triste, madre, tú eres una privilegiada porque has trabajado siempre en lo que más te ha gustado.
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Después de la cena...
¡Enhorabuena!
ResponderEliminarEs una maravilla conocer personas como tu, que aun conserven deseos de seguir aprendiendo.
Un abrazo.
Muchas gracias, eres muy amable.
ResponderEliminarCuando tenga tiempo, consultaré tu blog.
Saludos afectuosos
Mª Teresa